OSADÍA
Reunió todo su valor y finalmente se atrevió a apagarlo justo
antes de acostarse. Al principio tardó en conciliar el sueño imaginando
catástrofes de todo tipo debido a su decisión. Pero al rato se durmió y ya no
abrió los ojos hasta la mañana siguiente. Lo primero que hizo fue mirar a su
alrededor y descubrir que, para su alivio, todo parecía seguir igual. Lo
segundo, inmediatamente, fue encenderlo. Entonces corroboró de manera
definitiva que la vida continuaba a pesar de los dos mensajes, cinco whatsapp y
veinte correos sin leer.
Que locura!! Que valiente!!
ResponderEliminarAyer me dejé el iphone en casa por la mañana y no paso nada... ;)
Aunque si, somos un poco esclavos...
Un abrazo!