Seguir descubriendo Madrid durante unos días se convierte siempre en una muy grata experiencia. Volver a los sitios que sabes que no te van a defraudar y probar nuevas experiencias gastronómicas en lugares que te recomiendan o que simplemente encuentras mientras paseas, es una de las cosas que más me gustan de esta genial ciudad.
Esta es sólo una muestra muy pequeña de lo que he podido disfrutar durante mi última estancia en la capital.
Teniendo en cuenta que estábamos alojados muy cerquita del Barrio de las Letras y que habíamos estado unos días de viaje fuera de España, nuestra primera parada fue, sin dudarlo, en el Mesón El Lacón, donde compartimos los siempre infalibles huevos rotos y unas croquetas buenísimas.
Por la tarde fuimos a dar un paseo por Malasaña, una zona que siempre ofrece opciones y alternativas de lo más interesantes. Uno de los sitios que más me han gustado ha sido la Librería Cervantesycia, ubicada en la C/ del Pez, 27. Hoy me centro en lo gastronómico, pero es que en este local, muy cuidado y con una colección de títulos muy amplia y variada, cuenta, además, con zona para exposiciones y un par de agradables salas para tomar algo en un ambiente muy relajado.
Callejeando por Malasaña, sin necesidad de entrar en ningún local, sólo caminando despacio y prestando atención en todas las direcciones, encontramos rincones como éstos:
Después de un caluroso paseo, lo mejor es beberse una buena cervecita. La primera de la tarde la tomamos en Casa Camacho. Un lugar castizo y curioso en el que tomarse una de esas estupendas cañas bien tiradas que abundan por Madrid.
Siguiendo con nuestra ruta sin rumbo, pasamos de nuevo, y nunca nos cansamos, por las concurridas plazas de San Ildefonso y 2 de mayo. Precisamente cerca de esta última plaza, en la calle Velarde, puedes encontrar un bonito y acogedor local, La verbena:
Para tomar nuestra siguiente cervecita, fuimos caminando hasta la Taberna La Carmencita, en la C/ Libertad, 16. Nosotros continuamos con las cañas, pero debes saber, por si te gusta, que a mediodía tiene gran éxito el vermú.
Foto extraída de la web
Foto extraída de la web
Además, los propietarios de La Carmencita, los hermanos Zamora, se han hecho cargo un poquito más abajo, en el número 1 de la misma calle, de Celso y Manolo, un lugar que mantiene la esencia castiza de este local y al que han añadido una carta interesante. Merece la pena entrar solo por ver su diseño interior.
Después de tomar varias cañas, fuimos a cenar a un lugar que nos recomendó una gran amiga que vive en Madrid: "El barril de la letras". El local, del grupo Oter, lleva abierto apenas unos meses y cuenta con barra, terraza y restaurante. Nosotros nos sentamos en el restaurante y pedimos un arroz y un vinito blanco que estaban deliciosos. Un lugar muy recomendable! Como era de noche y la iluminación del local es muy tenue,os dejo algunas de las imágenes que podéis encontrar en su web:
Otro de los descubrimientos más destacados de esta última escapada ha sido Circo, en la C/ Corredera Baja de San Pablo, 21, en el que comimos otro de los días. El interior está cuidado al máximo detalle para resultar 100% acogedor.Cuenta con una iluminación perfecta y tanto el servicio como la comida merecen mucho la pena. Además, el menú del día es delicioso y está muy bien de precio.
En esta última escapada a Madrid, volvimos a visitar, porque siempre tiene algo nuevo que ofrecer y porque nos encanta disfrutar de su ambiente, la Plaza de la Paja. Entre nuestros favoritos de la zona, el Delic. Para tomar tanto en su terracita como en el interior, un rico mojito, un refresco y un trozo de sus tartas caseras. ¡Irresistibles! :)
Otro de los lugares recomendables para ver y para comer o tomar unas tapas sentados es el Platea, en la C/Goya, 5-7. Un antiguo teatro en el que se ubican pequeñas barras con comida de distintos tipos. Además, aquí también se ubica el Restaurante Arriba, del chef Ramón Freixa.
Para comer, muy cerquita de Platea, escogimos otro día el Street Xo de David Muñoz, ubicado en la última planta de El Corte de ingles de Serrano. Todo lo que se vive en su interior es una auténtica experiencia, desde la música a todo volumen, al peculiar interiorismo, al movimiento de los cocineros mientras trabajan y, sobre todo, a la comida y la bebida. Elegimos la barra, lo pasamos en grande y comimos de maravilla, acompañando cada plato con unos cócteles increíbles. Un sitio para repetir!
Antes de terminar, me gustaría compartir con vosotros nuestra buenísima experiencia con el alquiler de bicis del Servicio Municipal "Bicimad". Ya conocéis este tipo de servicios en otras ciudades pero es que, en Madrid , las bicicletas son eléctricas, por lo que el paseo es mucho más relajado y rápido :). El servicio es impecable y te atienden telefónicamente de manera inmediata en caso de cualquier incidencia. Además, el precio es bastante razonable, por lo que si te lo has planteado alguna vez, lánzate porque seguro que lo disfrutas.
