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jueves, 20 de septiembre de 2012


FLORES

He salido a pasear temprano, como cada día, y a los pocos metros de salir de casa, por el camino de siempre, sin saber muy bien por qué, he alzado la vista y me he quedado quieta. Ha sido un acto que en principio me ha parecido reflejo, pero al observar más detenidamente, me he dado cuenta de por qué me he parado. En tu largo balcón las flores estaban marchitas. Todas.

Te he visto muchas veces regando con mimo tus plantas, mientras tarareabas, casi en su susurro, canciones alegres que parecían dirigidas a ellas. A pesar de tu edad y de la dificultad que mostrabas para moverte, ese trabajo lo hacías cada día, me daba la impresión, con buen humor, con mucha delicadeza. También recuerdo que, a menudo, incluso cuando regresaba de mi paseo, después de más de una hora, todavía seguías allí, continuando con tu minuciosa tarea  o sentada, descansando en tu silla blanca de mimbre y siempre mirando a tus flores.

Todavía parada y viendo los restos de las antes vistosas y coloridas macetas, me  he dado cuenta de que hacía días, quizá semanas, que no te oía, que no te veía.



viernes, 14 de septiembre de 2012


TÍO(S)  ABUELO(S)

No sabía bien cómo se denominaba al hermano del abuelo de su marido. No conocía el nombre de ese lazo de consanguinidad. Tío abuelo, creía. En eso iba pensando mientras caminaba con paso rápido hacia el tanatorio, adonde llegaba tarde. Antes de abrir la puerta, echó un vistazo a la foto de la esquela, porque además de ser una pésima fisonomista, apenas había coincidido con él unas cuantas veces, y quería ponerle cara. Ya dentro, sin reparar en la gente que se concentraba en la sala de espera, pasó al cuarto en el que estaban su marido y su  familia. Una vez hubo recuperado un poco el aliento, fue saludando a los presentes. Después echó una ojeada hacia afuera y cuando sus ojos llegaron a la altura del anciano sentado en silla de ruedas, sintió un escalofrío que le recorrió toda la espalda. Se quedó paralizada, confundida y miró con un gesto  de incredulidad a su marido. Éste, que la había estado observando y que intuyó, al seguir la línea de su mirada lo que le ocurría, le dedicó una sonrisa tranquilizadora, se acercó a ella y  en un susurro le preguntó:
-¿Cuántos hermanos crees que tenía mi abuelo?
Ella, todavía un poco asustada pero cayendo en la cuenta de lo que podía estar pasando respondió:
 -“Espero que dos”

martes, 11 de septiembre de 2012


TANATOPRAXIA

Mientras saludaba de manera mecánica a todas las  personas que pasaban delante de ella, no podía dejar de mirarle la cara. No podía apartar la vista de su rostro. No lo reconocía. En ese momento no podía pensar en otra cosa. Estaba tan confusa y aturdida por todo lo que había sucedido en las últimas horas que apenas le había dado tiempo de asimilarlo mínimamente. Y ahora no dejaba de pensar en quién se había encargado de hacerle eso a él en su despedida.
En eso andaba absorta cuando de repente se acordó de la fotografía que le habían pedido por la mañana y que sacó de manera precipitada de un cajón sin prestarle demasiada atención. Era una instantánea tomada años atrás, en la boda de un primo,  en la que él estaba sentado a la mesa. Entonces estaba más gordo, tenía más pelo y por lo que recordaba debía de estar diciendo algo en el momento justo de la captura porque tenía un gesto poco habitual en la cara. El mismo gesto que, ahora entendía, habían intentado reproducirle.
Su padre nunca había sido un hombre muy presumido, pero desde luego hubiera estado de acuerdo con ella en que el resultado no era el más adecuado. Sonrió al pensar en que él le hubiera reñido por haberles proporcionado esa foto.
Cuando llegó a casa, exhausta, encendió el ordenador e introdujo en el buscador los términos difunto y maquillaje. Enseguida obtuvo la palabra que estaba buscando: Tanatopraxia.

lunes, 10 de septiembre de 2012

TYRANNOSAUR


Empieza fuerte Tyrannosaur, traducida al español como "Redención". La verdad que no entiendo esta traducción porque el original es perfecto...en fin.
Hacía tiempo que no veía una película que me removiera tanto, que me dejara tan impactada y que mantuviera mi atención al 100% de principio a fin.
Una historia dura, de vidas que se encuentran y se entrelazan arrastrando un dolor profundo, violento, casi imposible de soportar. Con muy pocas concesiones al respiro, esta película toca, casi abofetea al espectador con una ficción llena de realidad , conseguida sobre todo por unas soberbias interpretaciones de Peter Mullan y Olivia Colman. Yo nunca me he encontrado con nadie parecido a los personajes pero desde el principio te los crees, los entiendes, te acercas a ellos y te arrastran a su historia.
Imprescindible!

sábado, 8 de septiembre de 2012


AVANCE (Relato)

El despertador le levantó, como cada día, a las 6:30. Lo dejó sonar tres veces antes de apagarlo. Salió de la cama colocando primero el pie izquierdo en el suelo. Descorrió la cortina derecha. Se aseó, se vistió y salió de casa cerrando con llave la puerta. La empujó cinco veces antes de bajar por las escaleras. Abrió el portal con la mano derecha. Miró a los dos lados de la calle, izquierda derecha, y echó andar.  548 pasos de distancia hasta la cafetería donde desayunaba todos los días. Esta vez llegó a los 547 y tuvo que retroceder un poco para llegar al número exacto. Se sentó en su mesa, junto a la ventana. Mientras miraba hacia el exterior escuchó que le preguntaban: “¿Qué desea?”. Esa voz dulce, extraña, hizo que girara la cabeza y, mirando a la nueva camarera, respondió con voz temblorosa: “un cortado”. La chica dio media vuelta y desapareció detrás de la barra. Se tomó el café y salió camino al trabajo. Al llegar, se dio cuenta de que, por primera vez en tres años, no había contado los 1.576 pasos que separaban la cafetería de su oficina. Sonrió.